Abrigadoras en Invierno y frescas en verano.
Las propiedades termorreguladoras naturales de la piel de cordero (“lana virgen”) mantienen al bebé fresco en verano y cálido en invierno, ya que es uno de los mejores estabilizadores naturales de temperatura que existen. Al ser suaves y cálidas al tacto, la piel de cordero es confortable para el bebé, y pueden ayudarles a relajarse y dormir con menos interrupciones. Estudios publicados en la revista médica británica The Lancet corroboran las propiedades calmantes y tranquilizantes en bebés, ayudando a un mejor sueño, reduciendo el estrés, mejorando su desarrollo y favoreciendo el aumento de peso. Además, cuando el bebé capta su propio olor que se ha impregnado en la piel o el de su madre, le proporciona sensación de seguridad, sobre todo en caso de tener que dormir fuera de casa.